En las regiones de Alsacia y Lorena, por la influencia
germana, las Navidades comienzan el 6 de diciembre con la llegada de San Nicolás, que
trae regalos a los niños, aunque el ambiente navideño se respira desde el 25 de
noviembre, día de Sainte Catherine. También en esta zona del país está muy extendido
el Calendario de Adviento y cada día que pasa hay que abrir una de sus ventanitas. Aunque es más común que las casas se adornen con los típicos árboles de
Navidad, en el sur de Francia está muy arraigado el «crêche», muy similar al belén
español. En la Provenza son muy comunes las figuritas de arcilla para adornar el pesebre
y que se conocen por el nombre de «santons», que en provenzal quiere decir santos. Este
año, habrá sorpresa, ya que que la veterana Maison Fouque -inaugurada en 1934- presenta
versiones renovadas de dos figurillas: la cocinera y el pastor.
Hasta el 20 de diciembre, Moirans-en-Montagne, la capital
francesa del juguete, en pleno Parque Natural Regional de Haut-Jura, se transforma en el
bosque finlandés de Papá Noel, con mercadillo -del 13 al 15 de diciembre-, animaciones y
cuentos incluidos. Los duendes cuentan con su propia cabalgata, el día 14, para
conmemorar el solsticio de invierno. Y sin salir del Franco-Condado, en Montbéliard, los
niños pueden aprender a preparar golosinas y coronas de Navidad rodedaos de payasos,
faquires, juglares, saltimbanquis, Papá Noel y «Tante Airie», el hada buena. El
mercadillo, cuya invitada de honor es la región alemana de Thuringe, ofrece juguetes,
adornos, vino caliente y salchichas.